Pedro Angulo Arana
Escrito porAuthor: Pedro Angulo Arana
Abogado, docente universitario y pastdecano del Colegio de Abogados de Lima

JUNÍN: BATALLA DE CABALLERÍAS

BATALLA

Junín fue una batalla muy especial, que muchas veces está mal representada (en cuadros) o mal narrada, en textos relevantes, cuando se menciona la participación de diferentes oficiales (tal como en sus biografías también se indica) que eran infantería y que, evidentemente, no participaron.

En Junín, se enfrentaron nueve escuadrones de caballería patriota, que reunían 1,000 hombres, aproximadamente, contra ocho escuadrones realistas, que reunieron 1,300 hombres. La intervención de los Húsares del Perú fue fundamental, y ello también se refleja en el hecho que casi el 50% de las bajas, fueron peruanas.

Quienes tuvieron la ventaja posicional y estratégica fueron los realistas que no dejaron que los patriotas ocuparan sus puestos de combate y lanzaron sus cargas. Encontraron, eso sí, la estrategia colombiana de esperarlos con las lanzas apuntándoles, sin mover a sus caballos, lo que inmediatamente bajaba la intensidad de la carga.

Los realistas, a pesar de todo, con el ímpetu de combate y conocido carácter guerrero del Ejército Español, hicieron retroceder a las fuerzas de caballería patriota, tanto así que Bolívar decidió la retirada y que se trate de salvar a la caballería que se pudiera. Varios siguieron esa orden, salvo José Andrés Rázuri.

Rázuri, vio que los realistas tenían un flanco y la espalda expuestas por haber hecho retroceder y haber sobrepasado a los patriotas. Imaginó hacerles un daño capaz de voltear la suerte de la batalla. Y no viéndose huyendo, tomó el riesgo de cambiar la orden y enfrentar un pelotón de fusilamiento. Aquella carga gloriosa que siguió, cambio el destino de América.

Destacaron en la batalla el inglés, William Miller, jefe de la caballería peruana y el alemán Otto Philip Braun, comandante de los Granaderos de Colombia, quienes había peleado contra Napoleón en Europa; pero, estuvieron en Junín, del mismo lado que el francés Alexis Bruix, jefe de los Granaderos de los Andes y el alemán Carlos Sowersby, segundo jefe de los Húsares del Perú, que en Europa pelearon en el ejército de Napoleón. 

El argentino, Mariano Necochea, general en jefe de toda la caballería patriota, atacó encabezando a sus hombres. Las siete heridas que recibió le impidieron estar en Ayacucho. Sowersby a los días murió por la herida ganada en la carga que hizo. Ese día pelearon soldados de toda América del Sur: colombianos, venezolanos y argentinos. Los chilenos, pelearon ese junto a los peruanos, conformando los Húsares del Perú.

Después de Junín, el ánimo patriota se hizo optimista y fuerte, ante la luz de la victoria sobre la caballería realista, y generó desánimo en los vencidos, porque la sorpresa táctica fue avasallada, ante el desorden originado por la presunta victoria. Los Húsares del Perú, desde ese día Húsares de Junín, hicieron la diferencia y hoy lo recordamos con agradecimiento y fervor patriótico a través del Obelisco de Chacamarca.

 

 

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