Marco Arana, Verónica Mendoza, Gregorio Santos y otros de su ralea NO SON COMUNISTAS; son populistas radicales, demagogos, bocones. Si fueran comunistas y seguidores de Mariátegui habrían construido un gran partido popular, un gran partido de la revolución. En cambio cada uno de ellos ejerce un cacicazgo ridículo, son cabeza de ruidosas tribus.
Son tan políticamente narcisos como cualquier político burgués. Ellos no quieren hacer una revolución socialista, sino experimentar con un 'capitalismo con rostro humano'. Representan a quienes han vivido y quieren seguir viviendo del Estado. Son parásitos.
¿Qué son dañinos? Claro que sí. Es una seudo izquierda que como decía Hildebrandt a finales de los 80 es sinónimo de desorden en América Latina. De desorden e improvisación, de freno al desarrollo. Crecen como hongos y joden porque no existe una derecha moderna o un centro moderno.
Tenemos, como dice Tafur, una Derecha Bruta y Achorada. Tan Bruta que parió ella solita, y de parto natural, a Sendero Luminoso, el verdadero comunismo. Tan bruta y achorada que aconseja a sus pares chilena y colombiana que repriman a sangre y fuego al pueblo descontento. Imagínense.