El 16 de enero de 2017, Miguel Ángel Yunes, entonces gobernador del estado de Veracruz, México, dio a conocer que durante la administración de Javier Duarte de Ochoa (su antecesor), niños enfermos de cáncer habían recibido quimioterapias falsas que estaban compuestas por agua destilada y no medicamentos. El desvío de fondos que se dio durante ese periodo, supera los 12 mil 900 millones de pesos, entre contratos fantasmas, créditos no comprobados, dinero tomado a reserva de pensiones no devuelto, descuentos sin justificación a empleados de educación, manejo indebido de recursos de pensiones, retención ilegal de fondos metropolitanos, etc. Los cuatro municipios más afectados por esta corrupción fueron Coatzacoalcos, Xalapa, Acayucan y Veracruz Puerto. Un descaro total.
Dato preocupante: En el Estado de México, el 0.59% de las carpetas de investigación termina en sentencia y el 8.33 se convierten en causas penales. México está considerado el cuarto país más impune del mundo.
En Perú, en casos recientes, podemos citar el de la lideresa de Fuerza Popular Keiko Sofía Fujimori, enviada por 36 meses a prisión preventiva por estar involucrada en el delito de lavado de activos en el caso Odebrecht. “Los Cuellos Blancos del Puerto”, organización en la cual jueces de la Corte Suprema y el ex presidente de la Corte Superior del Callao, Walter Ríos, ex consejeros del Consejo Nacional de la Magistratura, fiscales supremos, el fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, Edwin Oviedo presidente de la Federación Peruana de Fútbol y el empresario Antonio Camayo, por mencionar algunos, coordinaban presuntas contrataciones irregulares de trabajadores, beneficiando a terceros.
Jorge Barata, uno de los 77 ejecutivos de Odebrecht, declaró que la empresa entregó más de 4 millones de dólares a diferentes campañas presidenciales y estuvo además involucrado en tráfico de influencias en la negociación de un acuerdo sobre el tren eléctrico de Lima y de la Interamericana Sur, en beneficio de la constructora que ha sido participe de muchos ejemplos de corrupción en América Latina.
La empresa constructora fue fundada en Brasil en 1994 por el inmigrante alemán Emil Odebrecht. Su director ejecutivo, Marcelo Odebrecht, alias “El príncipe”, cumplie una sentencia de 19 años de prisión por pagar 30 millones de dólares de sobornos a ejecutivos de la estatal brasileña Petrogas. Tiene un portafolio de más de 64 proyectos, valorados en 6.400 millones de dólares, entre construcción de aeropuertos, viviendas, edificios, proyectos industriales, carreteras y transporte público. Con un ingreso bruto de aproximadamente 34,566 millones de dólares, sus directivos aceptaron haber pagado 788 millones en sobornos desde 2001 (20 pagados al ex presidente Alejandro Toledo, a cambio del contrato de construcción de la Autopista Interoceánica que conecta Perú con Brasil, caso por el cual la fiscalía de este país ha pedido 16 años, ocho meses de cárcel y a Washington su inmediata extradición, junto con su esposa Eliane Karp) y por más de 100 proyectos de construcciones públicas en 11 países de América Latina, Angola y Mozambique, en África, y 3500 millones de dólares en penalidades en Estados Unidos, Suiza y Brasil.
El nombre de esta compañía se ha vuelto sinónimo de corrupción y tiene como uno de sus casos más dramáticos el suicidio del ex presidente del Perú, Alan García Pérez, quien enfrentaba la acusación de aceptar sobornos entre 2006 y 2011. Aunque si de presidentes acusados de corrupción se trata, podemos mencionar a Lula Da Silva (Brasil) quien cumple una condena por 12 años o a Otto Pérez Molina (Guatemala) … (continuará…)