Desde que adquirí una discapacidad he sido mucho más consciente de que es necesario e importante educar a la población en cómo debe tratar a las personas con discapacidad. No es justo que a pesar del crecimiento económico que hemos tenido dese hace más de dos décadas, seamos uno de los países con menos accesibilidad para esta numerosa población, empezando por las dificultades para trasladarse en transporte público (con honrosas y poquísimas excepciones), ausencia de rampas en las calles, semáforos sin sonidos, calles sin la adecuación y señalización necesaria para personas con discapacidad visual para que puedan desplazarse, instalaciones públicas y privadas sin ascensores, y una larga lista de etcéteras.
El detalle físico de construcciones inadecuadas o incompletas como las mencionadas es uno de los problemas; sin embargo, el problema de conducta, de conocimiento, de sentido común y de cumplimiento de las leyes es mucho más grave y preocupante.
Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en abril pasado cuando participé en el torneo “Internacional World Para Athletics Sao Paulo”, integrando la delegación peruana de Para Atletismo, quien conjuntamente con la de Para Natación, éramos las únicas que viajamos a Brasil.
El 22 de ese mes estuvimos a la hora prevista en el aeropuerto Jorge Chávez para tomar el vuelo de la línea AVIANCA, con destino a Sao Paulo. Cuando procedíamos al embarque sus trabajadores empezaron a hacer las filas y obviamente la delegación peruana que estaba integrada por personas en silla de ruedas, personas con discapacidad visual, personas con prótesis como la que uso permanentemente, hicimos una.
Pese a ello, la encargada de la aerolínea empezó a embarcar a los pasajeros de la clase ejecutiva o primera clase, dejando de lado a las personas con discapacidad. El entrenador del equipo reclamó de manera educada que no estaba cumpliendo con la ley de atención preferente, pero la señorita no le hizo caso.
De inmediato fuimos con un compañero deportista a insistir por un derecho que les asiste a todas las personas con discapacidad. La trabajadora no tuvo más remedio que darnos la razón en contra de su voluntad. Con evidente molestia detuvo el ingreso de los pasajeros de primera clase para hacernos ingresar.
Esta es una situación que ocurre muy a menudo y las personas no se quejan, incluyéndonos a nosotros los que sufrimos este vejamen. No reclamamos formalmente a la línea aérea porque pensamos que solo era el error de una trabajadora. Nos equivocamos.
Casi dos semanas después, el 07 de Mayo, cuando íbamos a Medellín-Colombia, a representar al Perú en un evento Internacional de Para Atletismo, sufrimos el mismo vejamen y constatamos que la prioridad para AVIANCA es su primera clase, desconociendo la ley 28735 que regula la atención de las personas con discapacidad, mujeres embarazadas y adultos mayores en los aeropuertos, aeródromos, terminales terrestres, ferroviarios, marítimos y fluviales y medios de transporte; la ley 28683 que establece la atención preferente y la ley 29973 ley general de la persona con discapacidad.
¿Dónde está el Estado? Lamentablemente siempre está ausente. A diario vemos en las noticias el reclamo de la gente por la creciente inseguridad ciudadana, feminicidios, violaciones a nuestros niños y el reiterado incumplimiento de leyes que regulan nuestra sociedad. Las personas con discapacidad somos ignorados olímpicamente.
¿Las grandes empresas tienen subordinado al Estado y por ello nos atropellan como les viene en gana? Queremos pensar que solo es la dejadez de los burócratas encargados de fiscalizar el cumplimiento de las leyes para tener una mejor convivencia y respeto mutuo entre las personas que conformamos la sociedad. También es necesario que nosotros empecemos a hacer respetar nuestros derechos.
Sabemos que es tedioso y hasta cansado hacer el reclamo. Te hacen esperar demasiado para poder llenar el Libro de reclamaciones y normalmente responden pidiendo disculpas, declaran infundado tu reclamo y “no pasó nada” porque estas empresas continúan abusando.
En el caso de AVIANCA, pusimos el reclamo en Colombia luego de estar una hora buscando el Libro de Reclamaciones. Al terminar de llenar el formulario una de sus empleadas nos dijo: “Señor, nuestra empresa da prioridad a su primera clase por la Star Alliance (Alianza Estrella)”… Es decir, reclama lo que quieras que a nosotros no nos importa.
Así nos tratan y así nos seguirán tratando, si es que no creamos precedente, reclamamos y apoyamos otros reclamos similares. Y es hora que el Estado asuma su tarea y ponga en vereda a este tipo de empresas que se resiste a cumplir las leyes.