Periodista y exeditor de Espectáculos del diario El Comercio
Esta celebración se debe a una iniciativa de Kevin Zaborney, un psicólogo de la Universidad de Michigan, quien siempre había pensado que la gente era reacia a dar muestras de aprecio en público.
Se celebró por primera vez en 1986 en el pueblo de Clio en Michigan y aunque Zaborney pensó que su idea no prosperaría, el Día del Abrazo se popularizó en los Estados Unidos gracias al Calendario de eventos Chase, una publicación que presentaba todas las festividades locales del año y cuyo dueño era el abuelo de una de las mejores amigas de Zaborney. La celebración pasó a otros países y así adquirió nivel internacional.
Zabernoy pensaba que los abrazos podrían ayudar a eliminar el estrés diario y no le faltaba razón, porque los científicos han descubierto que cuando abrazamos a alguien nuestro cerebro segrega dos sustancias que son la dopamina y la serotonina, ambas reducen el estrés y juntas proporcionan calma, tranquilidad y sosiego. Además, disminuyen la presión arterial, nos dan seguridad, curan la timidez y aportan muchos otros beneficios.
Dicen que, por lo menos, debemos dar o recibir catorce abrazos al día.