Ya está muy cercana la elección de quienes conducirán el destino del CAL por dos largos años.
Debemos meditar en el perfil de quien asuma el Decanato, para cumplir las elevadas funciones del CAL.
Tiene que ser alguien con conocimiento, capacidad de expresión y valentía, como para ofrecer luces jurídicamente y responder al periodismo nacional y a los ciudadanos.
Tiene que ser una persona que anticipemos no anteponga sus cálculos personales, políticos o amicales, por sobre la conservación y promoción del Estado de Derecho, la Democracia y los intereses nacionales.
Tiene que ser una persona con suficiente ética y valores, como para que no la maree el poder, valentía para afrontar dificultades y no caer en la tentación de echar la culpa a otros de sus propias responsabilidades y menos manipular y desnaturalizar las normas, para perseguir fines ilícitos.
Tiene que ser una persona que sepa representar y defender los intereses del gremio y no tomar decisiones equivocadas que representen pérdida tras pérdida y daños económicos para el CAL.
Tendrá que ser una persona que cumpla con realizar los informes económicos, que no tenga que ser objeto de pedidos de vacancia para enmendar rumbos y menos atropelle a los directores o hasta los expulse, para perseguir fines personales.
En suma, el CAL y el país requieren un Decano del CAL que podamos anticipar ofrezca la talla, para las dificultades que en un cargo tan relevante, siempre se han de presentar. Y nosotros los agremiados, debemos identificarle, para elegirle. Esta última es nuestra responsabilidad.