César Campos Rodríguez
Author: César Campos Rodríguez
Periodista y analista político

La esenciaEn materia de trajín del debate jurídico, el presidente Martín Vizcarra y sus gonfaloneros pasarán a la historia como artífices de los disparates más codiciados de la historia peruana. El difunto Enrique Bernales, con razón, llamó mamarrachos a las ideas prominentes del Ejecutivo cuando aún éste portaba pañales.

“El Gobierno ha decidido presentar cuestión de confianza al Congreso respecto de las políticas de Estado de fortalecimiento institucional y de lucha contra la corrupción que se manifiestan en la aprobación, sin vulnerar la esencia, de cinco proyectos de ley presentados…”, señaló Vizcarra en su mensaje a la nación del miércoles 29. Mientras tanto, el ministro de Justicia Vicente Zeballos indicó que se espera un debate en el Congreso pero que respete “la esencia” de estos planteamientos. Por su lado, el parlamentario oficialista Jorge Meléndez dijo que es necesario que se mantenga “la esencia” de los proyectos de ley de reforma política y que no se desnaturalicen o se envíen al archivo.

Los proyectos –su propia denominación lo explica– son propuestas que, vengan de donde vengan, pasan un proceso de análisis en las comisiones ordinarias y luego en el pleno de la Cámara única para determinar su procedencia legal pero también política como expresión del máximo consenso alcanzado entre los representantes. Si A, B o Z motivos no superan estos filtros, pues los proyectos se rechazan o se modifican según el criterio mayoritario del Legislativo.

Una antigua democracia parlamentaria como la de Gran Bretaña rechazó tres veces el plan de la primera ministra Theresa May para salirse de la Unión Europea. May no tenía el arma constitucional de la “cuestión de confianza” para forzar la aprobación de sus proyectos o disolver a los Comunes. La derrota política trajo la consecuencia de su renuncia pero no el caos institucional, pese a que hoy una gran mayoría de ingleses (sobre todos los jóvenes) repudia el Brexit, episodio que acredita la tontería de ciertas prácticas plebiscitarias.

¿De qué manual de la teoría del Estado o las ciencias políticas saca el oficialismo este concepto de conminar el respeto a “la esencia” de sus iniciativas de ley, imprecisión o ambigüedad que dice mucho y a la vez poco? Mucho: “quiero que aprueben mis proyectos tal como están”. Poco: “solo admito que le cambien las comas y los puntos”.

Sugiero al ingeniero Vizcarra proponer una reforma constitucional del artículo 106° de la Carta Magna para consagrar una nueva versión: “El Presidente de la República y los congresistas tienen derecho a la iniciativa en la formación de leyes. Sin embargo, el presidente de la República tiene derecho a exigir el respeto a la esencia de su iniciativa”. Así, sí nos entenderíamos.

Espacio Publicitario