El viernes fui a ver ‘La revolución de la tierra’. No me impresionó fílmicamente. Me pareció ver un viejo documental cubano adaptado para el siglo XXI. Empero no me dejaron indiferente muchas imágenes impactantes de esos tiempos, tan lejanos, y cercanos a la vez.
Las lecturas de Neira, Mayer, Béjar, Blanco, De Althaus, Huerta, entre otros, sobre el Velascato enriquecieron el documental, al igual que el testimonio de campesinos. Lo que me pareció fuera de lugar fueron las generalidades y lugares comunes de otros opinantes, especialmente jóvenes.
Si algo me llamó la atención fue la entrevista que le hace un medio norteamericano al dueño de Huando, Fernando Graña.
El fundo Huando contaba con 1,479 hectáreas, 70% de las cuales estaban dedicadas al cultivo de naranjas. Graña era aparentemente un señor feudal, pero esto solo era apariencia, ya que este hombre poseía una mentalidad moderna y estaba de acuerdo con se produzcan significativos cambios, para evitar una revolución. Al igual que Beltrán, que abogaba por una revolución tecnológica en el agro, era un tipo de burguesía lúcida, muy distinta de la que se coloca detrás de lo que el periodista Juan Carlos Tafur ha llamado la DBA, la Derecha Bruta y Achorada. Esa que tan buenas migas hace con la derecha católica y los evangélicos.
Algunos opinantes sostienen en el documental que es injusto hacer responsable a Velasco del fracaso de la Reforma Agraria, pues el 'Chino' solo gobernó 6 años y en ese tiempo no se logra una reforma de ese tipo en ningún lugar del mundo. Me quedé pensando. Pues, sí, es muy poco tiempo, pero también hay que reconocer que cómo había sido concebida, de forma antitécnica, no iba a llegar a ninguna parte, ni en 6 ni en 30 años.
Con la NEP Lenin reconoció, aunque según él temporariamente, la necesidad de restablecer los vínculos entre el campo y la ciudad a través del mercado. Por supuesto, la nueva realidad implicaba la legalización del comercio privado, el arrendamiento de tierras y el contrato de trabajo asalariado, lo que estuvo prohibido durante la vigencia del comunismo de guerra. Y la pregunta clave: ¿cómo resolvió el PCCH el desastre de la 'Revolución Cultural' de Mao, cuando se crearon las comunas populares y se abolió la agricultura privada. Miremos a China hoy.
Seguramente (hay que pensar que existió esa posibilidad) si Velasco hubiera vivido 10 años más habría corregido de modo técnico y realista la Reforma Agraria, se habría desecho de 'asesores' diletantes, comechados y manganzones inútiles y los hubiera reemplazado por gente con conocimiento, experiencia y capacidad, quizá hasta habría sido posible incluso hasta un acuerdo con ex propietarios de mentalidad moderna y capitalista. En el documental hay un momento en el que, ya al final de la primera fase, Velasco, que era un hombre del pueblo y un militar encojonado, les sale al paso a las críticas de quienes llama 'señoritos de cafetín'. Si, esos revolucionarios' burgueses o pequeño burgueses, a menudo intelectuales, a los que les gusta el radicalismo de boquilla y se oponen a todo por el prurito de mostrarse abanderados de una línea revolucionaria dura e intransigente. Ja.
Si la intención era mostrar que a pesar de sus errores, indefiniciones y experimentos fallidos, que terminaron en descalabro económico, Velasco significó un terremoto cultural, tras el cual se tuvo que reconstruir con nuevos y más modernos materiales la sociedad peruana, acertaron.