Esperaremos a tener el libro en la mano.
El avance es prometedor, hay que admitirlo, aunque en la interlinea se anticipe que estamos frente a una polémica que jamás terminará, dada la imprecisión de fuentes y documentos oscurecidos por el polvo de los años.
Descartado está que el acontecimiento juvenil, liderado por un peruano, haya sido un asunto de primeras páginas en México.
Lo modesto de su origen, en el hipotético caso, enaltecería su trascendencia histórica: más grande cuanto más visionaria; más idealista, tanto más joven; más retadora, tanto más difícil.
No hay que olvidar que el cristianismo, nació en un pesebre y luego de vencer sacrificios, barreras y traiciones, cambió la historia de la humanidad.
Te felicito Germán: no hay que perder nuestra identificación raigal con el pueblo, con los que sufren.
Ese fue el denominador común de los fundadores de este bello sueño, y ésta, la razón que nos congrega, cien años después.