Wilfredo Kapsoli
Author: Wilfredo Kapsoli
Historiador y docente universitario

evangelicosNota de Redacción:

El historiador Wilfredo Kapsoli Escudero elaboró un ensayo para la Universidad Ricardo Palma denominado LA MENTALIDAD PENTECOSTAL que explica no solo su crecimiento vertiginoso sino las particularidades para esta conversión cuya cantera proviene del mundo católico. Esta es la cuarta entrega.

3.- Los Sermones Bíblicos. La Biblia tiene múltiples usos.  Está presente en todo momento tanto en la vida privada o pública, en la oración, en los ritos, en la alegría o en el llanto, es, por lo demás, una verdadera cantera espiritual con la que edifican la «nueva vida» de los evangélicos.

El primer contacto con la «gente del mundo» y toda la etapa de fijación ideológica se sustenta, esencialmente, en la lectura inducida de pasajes de la obra. El Pastor prepara el programa con una unidad temática. Por ejemplo, la ciudadanía de los cristianos, los deberes de los hermanos, la segunda  venida de Cristo, el fin del mundo, el reino de Dios, etc. La exposición empieza siempre con una oración colectiva, con música y canciones de alabanza. Luego, se consigna en la pizarra el tema a tratar seguido por el texto o textos bíblicos que respaldan la exposición. Los asistentes intervienen en la lectura secuencial y ordenadamente (por el que no sabe leer, lo hace el hermano que está a su costado). El pastor abunda en explicaciones con referencias a otras religiones (sectas, Iglesia Católica), a la política  (comunismo, socialismo) y a las autoridades de turno.

El pastor pregunta y  hace intervenir a los fieles. Cuando alguien duda o intenta replicar se le corta de inmediato diciendo: “¡Es la Palabra de Dios!”. Entonces exclaman: ¡Aleluya! ¡Amén!. 

Simultáneamente el pastor deja un cuadro sinóptico o el resumen de toda la exposición. Al final todos tratan de memorizar y repetir en coro el texto bíblico del día. Dicen oraciones en comunicación directa con Dios, cantan al compás de panderas y guitarras. Veamos una muestra de tales discursos.

La responsabilidad de los salvos (Texto bíblico: 1a. de Pedro 2:5) Vosotros también, como piedras vivas, sed calificadas como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer  sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

Identidad con Cristo.  A los 18 años  somos ciudadanos, tenemos libreta electoral, tenemos identificación. Antes nos pusieron nuestros nombres y la partida de nacimiento. Cuando hemos aceptado a Cristo, hemos nacido de nuevo. Como tales tenemos un nuevo nombre; estamos en el registro de Dios (inscrito con letras de oro), somos ciudadanos del Reino de Dios, de arriba, como dice Pablo. Nuestra ciudadanía está en los cielos. Somos embajadores de Cristo. "¡No Somos cualquier cosita!”  (La cursiva es nuestra).

En la biblioteca del cielo hay toda clase de libros:

- El libro de las Obras, donde se anota todo lo que hacemos en la vida.

- El libro de la Vida, del cual se dice en Apocalipsis 20: 15 «Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago del fuego».

Somos, pues, los hijos de Dios. Tenemos como beneficio las herencias celestiales y la gloria de Dios. Al nacer de nuevo ya somos propiedad de Dios, estamos sellados por el Señor, ya no pertenecemos a nadie sino a Él.

Cristo se identificó como el hijo de Dios, como el Rey de Reyes, el Mesías. Así, Pedro le dijo: «Tú eres hijo de Dios Viviente».

Ahora, ¿Cómo nos identificamos con Cristo? Acercándonos a Él; pero, esto ¿qué implica? Tiene un contenido profundo y amplio en dos sentidos:

- Reconocerle como Hijo de Dios Viviente. 

- Reconocer que la fe en Cristo es una fe viva que nos va a unir, ligar, integrar, experimentar algo nuevo; la bendición, el gozo, la paz. Una fe que tiene resultados concretos y positivos.

Pablo dice (Gálatas 2: 20): «... ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí». (El versículo comienza: «Con Cristo estoy juntamente crucificado...» que se suprimió). La fe con  Cristo la mido de tal manera que ambos están unidos (Pablo y Cristo) como dice en Efesios 3: 4: «leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el ministerio de Cristo». . 

Comunicación y relación íntima en Él, la fe en Cristo no es aislada sino nos incorpora al cuerpo de Cristo. Cristo vive en nosotros, en nuestro corazón. Es comunión intima, sería absurdo tener fe y no estar unido a Cristo. Abrir la puerta de nuestro corazón ¡Qué precioso! ¡Qué tremendo! (Apocalipsis 3: 20). «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo». 

¿Qué es el cristiano? ¿Es idealista, materialista, filósofo? Es aquél que tiene fe Únicamente en Él, en Cristo, fundamentados en Él, de (Efesios 4: 16). Cuando estaba escribiendo esto me vino una voz. Una llamada de Dios, de arriba. Es un milagro y uno de los grandes milagros es la transformación de nuestra  vida. Cuando Dios penetra al cuerpo salen demonios. Niki Cruz se salvó (Se trata de un predicador panameño. La cursiva es nuestra).

Cuando Cristo penetra en nuestra vida, es maravilloso. Cristo es fundamento invencible, inagotable. Roca viva, roca eterna; fuente  de salvación. Es el fundamento de la Iglesia. ¿Quiénes son la Iglesia? Todos los redimidos, los regenerados, santificados por la gracia de Dios. Somos miembros del cuerpo de Cristo, Iglesia viviente, militante. Edificándonos en amor. ¡Que tremendo hermanos! Cristo es piedra viva, inamovible, inmutable, inagotable. Es la roca sobre la que se edifica la  Iglesia. Sobre el fundamento que es Cristo, sobre la roca viva, nosotros somos piedrecitas vivas. Así vamos edificando un alma tras otra alma. Según la actividad de cada miembro se va logrando el crecimiento para ir edificando con amor. ¿Están de acuerdo hermanos?.. responden Amén.

Ya no hay lugar para celos, para los resentidos. Somos el nuevo  pueblo de Dios. Nos alimentamos en Cristo. Cómo vamos a vivir en peleas. No podemos estar desligados del cuerpo sino unidos. «Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo de Cristo y todos miembros los unos de los otros». «Así que, hermanos, os ruego por la misericordia de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; que es vuestro culto racional» (Rom. 12: 1 y 5) ¡Ofreciendo un sacrificio vivo! iQué tremendo! Servicio con una vida consagrada, limpia y sincera. Con nuestra pureza, humildad, santidad, obediencia. Ya no con animales para holocaustos.

Sino con sacrificios aceptables a Dios dentro de Jesucristo. Él ha dicho: «Yo soy el camino, la verdad y nadie viene al Padre si no es por mí». Los sacrificios de animales son abominables. Creer en Buda es tener culto a los demonios. Fuera de Jesucristo nada es aceptable porque Él es el camino, la vida, la verdad.

Dios está en el corazón del hombre y esto no es metafísico. Sólo el que crece en Cristo permanecerá para siempre. El resto perecerá. 

Hay muchas religiones pero sólo el cristianismo. Hay muchas escuelas pero sólo permanecerá la Escuela de Dios.

Perseveremos en el Señor en Él. ¡Gloria a Dios! Amén. 

Identidad con el pueblo de Dios. Protestante es nuestra Iglesia, no porque hacemos mucha huelga. Los Evangélicos protestamos contra el pecado. A los primeros cristianos les perseguían, encarcelaban pero ellos siguieron. Es algo realmente grande, (1a. Pedro, 2: 9 y 10); «al cual resistir firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en nuestros hermanos de todo el mundo», «Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis un poco de tiempo, él mismo os perfeccione; afirme, fortalezca y establezca». 

Id con Cristo. Él nos introduce a una comunión plena. Tenemos un nombre dado con Dios. Somos los escogidos, los salvos, la Nación Santa, el pueblo adquirido. ¡Qué tremendo! ¿Cómo nos compró? ¿Nos eligió? ¡Con su sangre! Por eso el valor que tiene un alma, el pueblo de Dios, es algo especial. Los políticos son gente capacitada, superpreparadas. A ellos no los escoge Dios.

Dios escoge al más humilde, al pescador, al agricultor, ambulante, con ellos forma un pueblo de origen divino, una Nación  Santa, un pueblo Santo. Nos ha rescatado, redimido.

Somos una sola familia. No hemos sido comprados con millones de intis (moneda peruana), sino por la sangre de Jesucristo.

Hay que valorizar esto. ¡No somos cualquier  cosita! Somos un tesoro especial de Dios.

Por todo esto, hay una responsabilidad grande para identificarnos ante el mundo: Anunciar las virtudes de aquel que os llamó. El Señor nos ha librado de las tinieblas, nos ha sacado a la luz. El mundo sin Cristo está en tinieblas, ha dicho nuestro Señor. Se  acerca el Día Final. Tenemos una inmensa responsabilidad de dar Testimonio de Cristo.

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