Patrick Crusius mató al menos a 20 personas e hirió a 26, con un rifle Ak-47 en un Walmart de El Paso, Texas. No es un inmigrante, no es un musulmán o integrante de ISIS. Es uno terrorista de casa. Un terrorista del supremacismo blanco que se fanatiza en Twitter con Trump, el Ku Klux Klan y su líder David Duke y Dylan Roof, el asesino de Charleston. Este hombre condujo su auto hasta El Paso, para asesinar ciudadanos hispanoamericanos. Con horas de diferencia, un segundo tiroteo, ahora en Ohio, vio la luz. Connor Betts, disparó y mató al menos 9 personas, provocando 27 heridos. La policía reaccionó y mató al autor en el acto.
Dos eventos de esta naturaleza en un fin de semana. En el segundo, el tirador perseguía acabar con gente afroamericana. Estados Unidos de Norteamérica tiene un problema que no se arregla con muros. Su presidente debería estas más interesado en lo que esta pasando con su pueblo. En lo que va del año, se han producido alrededor de 250 ataques en ese país con armas de fuego, resultando casi un millar de víctimas, entre ellas 250 mortales. El más grave en Virginia Beach, donde el pistolero mató a 12 individuos e hirió a otros 4, en un edificio de oficinas municipales.
Colegios, universidades, suburbios, celebraciones religiosas, bancos, ferias, boleras, todos han sido recintos donde se han realizado este tipo de actos, donde el odio es el invitado por excelencia y el que lleva a estos seres humanos a ser capaces de quitarle la vida o lastimar a seres indefensos.
Por más de dos décadas, se ha intentado limitar la adquisición y el uso de armas en este territorio del continente, sin éxito. El Congreso trabaja sobre el tema, pero grandes avances no existen. En 2004, éste rechazó renovar la ley que prohibía su venta al público. En 2008, el Tribunal Supremo falla a favor de reconocer la segunda enmienda que permite el derecho de los ciudadanos a portarlas, pero George W. Bush firma una ley que exige una investigación previa para comprobar si el posible comprador ha sido diagnosticado de alguna enfermedad mental, aunque es una ley ambigua, pues muchos compradores no tienen diagnóstico profesional, y actualmente si la investigación tarda más de 72 horas, los establecimientos tienen permitido venderlas.
Es urgente que exista el control en la venta. Pero también les urge a nuestros vecinos ayudarlos con el control de ideas. Y cambiar el discurso de odio en el que están envueltos y que los está llevando a matarse entre ellos mismos, creyendo que están exterminando minorías. Cuánto nos cuesta a los seres humanos aceptar las diferencias y peor aún cuando vivimos en un ambiente hostil que nos enseña a no empatizar y si, a enfrascarnos en ellas.
Hay que señalar que Trump no es el único culpable, eso nos debe quedar claro, pues estos eventos se han dado con eventualidad en diferentes mandatos. Es necesario y urgente que el mandatario cambie su discurso, porque está levantando aún más los ánimos entre todos aquellos que tienen problemas con el tema de la igualdad. Urge hablar sobre el amor. Nos urge a todos, no nos quedemos solo mirando y dando juicios, actuemos desde casa, porque estamos ya, viviendo un problema de migración en México, nuestro país, el cual se va encrudeciendo y despertando también sentimientos de intolerancia. Por favor, piense antes de actuar. Haga uso de su simpatía y compasión. Por usted y por el prójimo. Todos lo vamos a agradecer.