Patricia Salinas Oblitas
Author: Patricia Salinas Oblitas
Periodista

Realmente ThrillerVoy a comenzar esta columna hablando en primera persona, aunque no es mi estilo, porque durante años adoré a Michael Jackson. No solamente admiraba su música, su creatividad, su inconfundible voz y su increíble talento para bailar, sino que pensaba que era un ser especial, que después de haber crecido ante mis ojos y los de millones de personas sin infancia, ahora que podía, había decidido volver a ser niño y construir Neverland para eso, para jugar con otros niños, como un eterno e incomprendido Peter Pan.

Si, ya sé, suena ingenuo y hasta estúpido, porque Jackson se paseaba por el mundo llevando niños de la mano, declaraba que le gustaba dormir con ellos porque los amaba y las veces que fue acusado por alguno de ellos de abuso no solo salía bien librado, sino que su imagen crecía aún más.

Han pasado diez años de su muerte y, de pronto, un perturbador documental realizado por HBO me ha quitado la venda de los ojos, como a millones de personas, de un tirón, de un doloroso tirón. Leaving Neverland muestra los testimonios de Wade Robson y James Safechuck, dos de los niños (ahora ya mayores de edad), que fueron parte de ese círculo “especial” con los que el llamado “Rey del pop” mantenía una muy cercana relación  entre 1987 y el 2003.

Robson y Safechuck aseguran haber sido abusados sexualmente por Michael Jackson desde que tenían 7 y 10 años, respectivamente, y narran en este documental el método del artista para ganarse su confianza, la de su familia, hacerles sentir que todo era totalmente normal, pero al mismo tiempo manipularlos para que siempre lo nieguen, incluso ante sus padres, diciéndoles que nadie los entendería.

El mismo método perverso de los curas pedófilos, de los líderes del Sodalicio o de cualquiera que se aproveche de su posición de ser una suerte de role model, pero con la diferencia de que no era cualquiera, sino nada menos que Michael Jackson con todo el dinero, la fama y el poder, para deslumbrarlos con un mundo aparentemente mágico.

El documental cuenta con fotos y grabaciones de llamadas telefónicas que les hacía el artista para decirles, a cada uno en diferentes momentos, por supuesto, cuanto los extrañaba y lo especial que eran para él. También hablan las madres de ellos, quienes a pesar de haber estado muy cerca, nunca se dieron cuenta de lo que pasaba realmente.

Querer cerrar los ojos ante los testimonios de Robson y Safechuck es equivalente a no querer aceptar la verdad de las víctimas del padre Karadima o de los que fueron abusados por Figari y compañía en el Sodalicio. Sin embargo, ambos están siendo amenazados por fanáticos que siguen defendiendo a su ídolo, algunos incluso negándose a ver el documental, porque sin escuchar a los testigos ya dan por hecho que mienten.

Mientras tanto, varias  emisoras han dejado de programar su música, sobre todo en Canadá y Nueva Zelanda, la marca Louis Vuitton canceló su línea masculina 2019 inspirada en él, los productores de Los Simpson decidieron retirar el episodio con Jackson de 1991, Stark Raving Dad, porque sintieron que el artista había utilizado el programa para seducir niños. El Museo de los Niños de Indianápolis (ciudad donde nació Jackson) retiró de  exhibición un guante, un sombrero y un poster del ‘Rey del pop’ y quizás la frase que mejor expresa el sentimiento de muchas personas después de ver el documental es la de la revista Rolling Stone: “Duro de ver, aun más duro de ignorar. Imposible de olvidar”.

La pregunta que muchos aún se hacen es, ¿por qué ahora? De hecho, sabemos muy poco sobre el proceso por el que pasan las personas que han sido víctimas de abuso sexual cuando eran niños, pero tal como hemos visto en los casos de Spotlight, Karadima y el Sodalicio, la mayoría recién entienden lo que les ha pasado cuando tienen hijos y saben que tienen que protegerlos de ese tipo de peligros.

Quizás como en los casos mencionados, otros chicos que pasaron por lo mismo se animen a dar sus testimonios y, aún así, estarán los que se sigan negando a ver lo que, en realidad, siempre estuvo ante nuestros ojos: que el verdadero rostro de Jackson fue el que mostró en “Thriller”.

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