El 25 se cumple el plazo de la amenaza presidencial de cerrar el Congreso si su reforma judicial y política no se aprueba. Sin embargo, la extorsión cada vez tiene menos posibilidades porque, como dicen los colombianos, el país está hecho un mierdero.
El TC y el PJ le quitaron piso a la Junta Nacional de Justicia, con lo cual el proyecto de los “notables” vuelve al nivel de mamarracho.
El Parlamento va a investigar el acuerdo vendepatria suscrito y homologado con Odebrecht, porque los fiscales y el procurador a cargo favorecieron a los corruptores brasileños y ocultaron –pese a que sí conocían– las prebendas en el caso del Gasoducto Sur. La junta de fiscales, arrinconada por el escándalo, ya
Gorriti reconoce complicidad en las presiones contra el presidente García y afirma, cínicamente, que si hubiera conocido su intención suicida le habría dado una “tregua” (sic). La misma ONG extorsiona al juez que debía ver la casación en el caso de Keiko y llama a la gente a salir a las calles. Pero la verdad es que cada vez más IDL se desacredita por lo que hace hoy y por su pasado en defensa de terroristas y su permanente ataque contra la Marina de Guerra, con la reapertura del caso de El Frontón ocurrido hace 38 años.sometió a revisión a Vela y a José Domingo Pérez; pero resulta extraño que nos los aparte del caso y que el Ejecutivo no intervenga la empresa brasileña para garantizar la indemnización.
En Moquegua, la persecución fiscal contra Vizcarra se afina. Su pasado delictivo como gobernador regional le pasa una factura apenas suspendida por su inmunidad presidencial.
Los comunistas van a paralizar todo el sur esta quincena so pretexto de la antiminería, sin esconder que están arrinconando al Gobierno para que intente un golpe y una constituyente improvisada.
La policía política queda al descubierto con las mañas de la Diviac y los nuevos sistemas de espionaje interno, recurriendo al extremo estúpido de chantajear a Yeni Vilcatoma.
Mientras tanto el premier dice que el Gobierno está haciendo ruido político por las reformas, pero la verdad es que un millón de peruanos están a punto de volver a la línea de pobreza y solo este año se han perdido 500 mil empleos mientras el país está en recesión.
En este contexto, a ver señor presidente, ¡atrévase a cerrar el Congreso y aténgase a las consecuencias!