Yo no soy especialmente religiosa, me considero católica porque fui bautizada, confirmada, hice la primera comunión y en mi oportunidad me casé religiosamente (y enviudé), voy a veces a misa, no me confieso nunca, y he comulgado algunas veces porque he sentido la necesidad y como vivía en estado de santidad conyugal y no cometía ningún pecado grave, fuera de renegar contra Cipriani y los curas pedófilos, consideraba que podía hacerlo. Soy agnóstica: a veces una creyente profunda y otras un descreída total. Le rezo al Señor de la Misericordia, por eso, por ser de La Misericordia, a la Virgen de Guadalupe, a San Judas Tadeo, a mi arcángel Uriel y a mi Ángel de la Guarda, porque creo en los ángeles.

Vivo de acuerdo a mi conciencia y basada en las enseñanzas de Jesús, porque considero que nos trajo la verdadera renovación espiritual y es tan humanista como yo o yo tan humanista como él. Y esa es mi religión: el humanismo, si es que se le puede llamar religión.

¿Qué significa ser humanista?: significa comprometerse con la búsqueda de la verdad, de la ética y la moralidad en bien de toda la humanidad. Y esa moral universal debe responder a la realidad humana, a como somos las personas, sin falsos idealismos, pero no por eso alejada de los pensamientos religiosos y filosóficos diversos.

Y también soy socialista porque creo en la injusticia de las diferencias de clase, porque conocí la riqueza, conozco la pobreza y soy testigo de la miseria en que viven millones de personas en este planeta. Y eso no lo han podido solucionar todas las religiones del mundo que, casi siempre, se han colocado de parte de las clases privilegiadas y que con iglesias recargadas y mansiones elegantes son indiferentes al sufrimiento humano de quienes sumidos en la miseria y el hambre sucumben sin recibir ayuda alguna.

Y aquí donde se fusionan ambos conceptos con Jesús: el amor al prójimo, a la otra persona, creo firmemente en que la base de la obra humana ética y moral es el AMOR AL PRÓJIMO, el amor a todas las personas, sin ningún tipo de distinción, basado en los valores humanos que Jesús (todos sus milagros fueron por amor al prójimo) y Aristóteles (sus valores en el justo medio para el bien ), principalmente, difundieron.

Y por eso no acepto, no entiendo, que existan religiones y personas que se dicen religiosas que marginan a las personas homosexuales y las condenan al infierno, que gritan "con mis hijos no te metas" y quieren mantenerlos en la ignorancia mientras les inculcan el odio a quienes son diferentes; que son racistas, explotadores, y lo peor, religiones que protegen a los pedófilos y violadores dentro de sus filas.

Y detesto los mensajes religiosos, pura palabrería, conozco a más de una persona que los pone en Internet y llevan una vida contraria a lo que difunden; detesto la frivolidad y el exhibicionismo junto a una aparente religiosidad; y a esas personas que se creen muy buenas y juzgan duramente a las demás. Detesto a esos pastores que les exigen diezmos y más a sus feligreses, y a esas señoras beatas, que de pronto te enteras que no son tan fieles a sus esposos; o les dan a los perritos panes con vidrio molido porque ensucian su jardín, y no dejan estudiar a sus empleadas domésticas; o las hacen trabajar 10 o 12 horas diarias; y a los señores que no pagan lo justo a sus trabajadores, que tratan mal a sus mujeres, que acosan sexualmente a las empleadas, y sin embargo son fieles para cumplir con la misa, la confesión y la comunión. ¡¡Sepulcros blanqueados!!

Creo, pues, en cultivar los valores básicos para la convivencia y el amor al prójimo: respeto, libertad, justicia, tolerancia, equidad. honestidad, paz. Creo en que hay que arrojar a los mercaderes del templo, perdonar a quienes nos han herido, ayudar todo lo que se pueda, denunciar el error y la maldad, cultivar la verdad, la sinceridad, la franqueza. Y, sobre todo, amar ardientemente a toda la humanidad,

ESE ES EL AMOR AL PRÓJIMO QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS.