Miénchicla, en Piura el sufrimiento es igual
por las lluvias despiadadas o por la sequedad.
En el año del señor de 1791 el río se salió
y murieron muchos curiosos en el muro de contención.
¡Quién les manda ser tan indiscretos, culeros, calmosos!
Algunas mujeres salvaron la vida merced
a los aros metálicos que llevaban debajo del faldellín
que les sirvió de boya, daban gritos, parecían niñas,
y durante años se pasaron contando ese minuto de eternidad.