A menos de 80 días para las elecciones legislativas, el Perú sigue atrapado en el fango de una crisis política y moral de larga data.
Se supone que estas elecciones eran el mecanismo político para resolver el conflicto nacional, sin embargo el embrollo se torna más complejo cuando una consigna partidaria parece un presagio de " mala leche".
El alanismo en rebeldía desde que perdió a su mentor, el dos veces Presidente de la República, Alan García, que se suicidó en abril pasado.
Grupos enfrentados en el APRA fueron a elecciones internas, pero se impuso el dedazo de una cúpula que aún controla el Partido que antaño fue Antiimperialista, pero luego del caudillismo se convirtio en aliado incondicional de la derecha oligárquica, mercantilista, codiciosa, bruta, frívola y no menos caduca y torpe.
Esa derecha que pacta con Dios y con el Diablo que también ha sido atrapada por la corrupción de los Traidores a la Patria. No proponen nada de ideas, despotrican de sus rivales y hasta se colocan al filo de la navaja. Es una derecha torpe que cree tener la verdad absoluta y hasta se crea la única salvadora de la Patria. Cuando tuvieron la oportunidad de llegar al poder con algún "vientre de alquiler" copiaron lo bueno, lo malo y feo de su aventurero sistema.
La izquierda en su conjunto también ha perpetrado errores estratégicos, vulnerando su propia inmadurez política. Una izquierda ni moderada ni exagerada. Una izquierda que no tiene autocrítica, que no se ha modernizado y que sigue con la táctica barata de ver a la derecha como hijos de papá y enemigos rabiosos.
El Perú, sin duda, ha cambiado en múltiples situaciones políticas, ideológicas y pragmáticas, sin discursos convincentes y medulares. Pero nadie hace realidad ese proceso. Su retórica y verborrea comunicacional responde a la misma tipología de la torpe derecha y centro que no ha cambiado mayormente.
Qué mejor ejemplo que escuchar las pocas ideas que tienen con gestos políticos de sus pasados vergonzantes. No tienen voluntad ni espíritu reflexivos para un cambio generacional. Siguen peleando por la miga del pan e ignoran que los peruanos hoy cuestionan el viejo y caduco sistema político.
No hay en la malhadada derecha un atisbo de modernización o innovación en la práctica política.
Derecha cavernaria, izquierda totalitaria y centro saturado de ingenuidad, son los sintomas perversos de una realidad política peruana, polarizada y atomizada a la vez, y sin claros rumbos para la construcción de una Patria libre, moderna democrática, etc.
En qué ha cambiado nuestra clase dirigente y política ?. En muy poco. Más bien vive atrapada por la repulsa general con hartazgo popular de la corrupción, desidia, ineptitud y mediocridad creciente. Un gran pueblo peruano que espera líderes no caudillos, democracia real y duradera, una Nación, Estado y Sociedad y no una republiqueta bananera.
Sí vamos a un proceso electoral de emergencia, que éste sea decente y objetivo, que no forme parte del "muladar" de nuestra historia política.
Los medios empiezan a saturarse de candidatos parlanchínes, sin ideas, que mastican propuestas, ninguna clara y vigorosa con reputada coherencia. Granujas oportunistas, con pasado vergonzante, con pelos en sus lenguas y sin una pizca de honradez y propuestas viables para un Congreso de corta vida.
Lo que sí me queda claro es la consigna del APRA de proponer que Mauricio Mulder encabece la lista con el único objetivo de pedir la vacancia del Presidente Martín Vizcarra.
Ese es el panorama incierto que ha creado la crisis política y moral del Perú, donde hoy por hoy nada es seguro ni juramentando "por Dios y por la Plata". Ese es el Perú de hoy, qué les parece.
Tu opinión democrática es vital e importante.
