Marcos Ibazeta Marino
Author: Marcos Ibazeta Marino
Abogado, docente universitario y expresidente de la Corte Superior de Lima

 

Marcos Ibazeta

En la última entrevista televisiva que brindó el ministro de Educación en el programa que conduce la señora Cueva, habló mucho sin decir nada concreto ni útil sobre las clases no presenciales que, al parecer, nuestros hijos recibirán durante más de la mitad del año, las posibilidades de los padres de familia para generar en sus casas una infraestructura tecnológica suficiente para que, cuando tengan varios hijos en diferentes grados, todos a la vez puedan recibir y aprovechar a plenitud la información remota; no hizo un análisis serio de los resultados de este procedimiento y solo atinó a decir que ante la pandemia teníamos que experimentar con esta alternativa; tampoco quiso manifestarse sobre los costos asumidos por los padres de familia, especialmente, aquellos que han optado por la prestación educativa en colegios particulares que cobran pensiones muy elevadas; tampoco analizó hasta qué punto las entidades educativas particulares aplican o se benefician con la exoneración de impuestos de la que gozan por ley; no mostró ninguna alternativa sobre la currícula y syllabi cuyo desarrollo sufren grandes y graves limitaciones en las clases virtuales, especialmente en los niveles de nido e inicial, señalando con mucha ligereza que para eso los padres deben trabajar con los niños como si aquellos no pagaran por esa prestación al respectivo colegio porque en casa hay otras tareas.

Respecto al monto de las pensiones dijo que los representantes de los colegios y los padres de familia debían negociar al igual que sobre los contenidos y métodos de enseñanza para que luego eso sean aprobados por las UGEL, cuando esas materias no son negociables, sino que es tarea del Estado fijar las últimas y crear los parámetros para el tema de pensiones en tiempos de virus en función de las prestaciones pactadas.

Circunscribió el problema de las pensiones en colegios particulares a la confianza de los padres de familia en la calidad de los profesores equivocándose de cabo a rabo porque la confianza es en la calidad del colegio en donde la calidad del profesorado es uno de los factores.

El problema es transversal porque abarca dimensiones culturales, educativas, sociales, económicas, psicológicas, entre otras. Por eso se calificaba conducta y aprovechamiento.

El padre de familia paga porque el colegio ofrece una infraestructura idónea con la más alta tecnología para que sus hijos se formen en el nivel de competitividad que el avance tecnológico y cultural en el mundo han alcanzado. Quieren que sus hijos se eduquen en ese nivel con profesores de calidad.

Eligen al colegio por el nivel cultural de los que allí se desenvuelven, desde administrativos, profesores y estudiantes para garantizar el comportamiento social de la dimensión en la que se desenvuelven y se desenvolverán en el futuro, aprendan de disciplina e interacción socioeconómica entre alumnos y padres de familia en un todo indesligable.

Con ello tratan de minimizar los riesgos de formación en el tránsito del hogar a la escolaridad y, por ende, a su inserción social y económica.

Como el gobierno no tiene idea del problema a la luz de las declaraciones de su ministro de Educación, los padres de familia estarán pagando enormes sumas de dinero por prestaciones no recibidas y por aspiraciones frustradas.

Si esto es así, hemos retornado a los estudios por correspondencia de antaño, mejorados por la tecnología virtual y sobre eso recuerdo que hace algunos años ciertas universidades ofertaron carreras a distancia vía internet a costos muchísimos menores que las presenciales. Casi linchan a los que hicieron la propuesta y ahora esos que cuestionaron tanto son quienes defienden la calidad de las clases virtuales.

También se aprobaba y lograban diplomas por correspondencia a muy bajo costo porque la entidad educativa trasladaba casi todos los costos al usuario, remitiéndole solamente material ya impreso con las respectivas instrucciones.

No estamos pues ante un problema únicamente de sueldos de profesores y hay mucho pan por rebanar en este debate.

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