Marcos Ibazeta Marino
Author: Marcos Ibazeta Marino
Abogado, docente universitario y expresidente de la Corte Superior de Lima

Abogado, ex magistrado y docente universitario
Los sicarios asesinan a diestra y siniestra.
Cada día nos enteramos del asesinato alevoso de personas ya no tanto en cualquier parte de una calle sino a la puerta de sus casas.
Le pegan a la señora presidente en Ayacucho y se mueve todo el espectro político generando una inestabilidad política y jurídica inexplicable e intolerable a partir del manoseo institucional en el ministerio del Interior en el cual, el responsable político que es el ministro queda libre de toda responsabilidad y se descabeza la policía y los entes de inteligencia y contrainteligencia, generando la reacción del jefe policial destituido quien alegando la presunta ilegalidad de su destitución, no solo ha hecho pública su no aceptación del pase a retiro en la ceremonia de entrega del mando, sino que judicializará la cuestión ante un sistema de justicia que cada día se desprestigia sin control ni freno alguno.
Hace unas semanas tomaron por asalto las instalaciones de una compañía minera en Pataz y mataron salvajemente al personal de seguridad que custodiaban esas instalaciones de cuyo hecho nada se ha aclarado porque cuando una patrulla policial conducía a ciertos sujetos detenidos como presuntos autores, fue interceptada por un grupo que no se sabe si eran hampones o integrantes de rondas cuyas motivaciones tampoco ha sido materia de explicación y liberaron a todos los detenidos de quienes ya no se ha vuelto a saber nada.
La semana anterior supimos que, en la misma localidad de Pataz, un grupo de hampones, no sabemos si los mismos del ataque a la mina y asesinato de su personal de seguridad o de otro grupo delincuencial, interceptó el vehículo en que iba un empresario minero de quien no se sabe si era formal, informal o ilegal, matando a sus guardaespaldas y secuestrándolo exigiendo diez millones de dólares por su liberación; al final, apareció muerto con un mensaje que decía que lo habían matado por no pagar completo.
En el norte ya se había denunciado al comando policial antidrogas por estar involucrado en acciones a favor de los carteles de narcotraficantes de la zona.
En resumen, con tal desmadre en nuestra principal fuerza de seguridad contra el crimen y garante de nuestra paz social y un gobierno que se desquicia día a día pues no es posible que una ministra llame a un plantón contra otro ministro, ¿cómo podemos pensar que existe una política de seguridad seria y bien pensada en la cual podamos confiar?, cuyo vacío nos va a resultar fatal porque en nuestro país tenemos organizaciones criminales más fuertes y organizadas que las del Ecuador y su poder corruptor es gigantesco y hasta irresistible.
A este respecto parece una ingenuidad la propuesta de una congresista para declarar en emergencia el sistema penitenciario solo para construir penales granjas.
Aquí se toma al toro por las astas y eliminamos la amenaza o nos terminaremos sometiendo a ésta.
 
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