Realmente Thriller
Voy a comenzar esta columna hablando en primera persona, aunque no es mi estilo, porque durante años adoré a Michael Jackson. No solamente admiraba su música, su creatividad, su inconfundible voz y su increíble talento para bailar, sino que pensaba que era un ser especial, que después de haber crecido ante mis ojos y los de millones de personas sin infancia, ahora que podía, había decidido volver a ser niño y construir Neverland para eso, para jugar con otros niños, como un eterno e incomprendido Peter Pan.