No soy aprista ni simpatizante, pero respeto la verdad histórica de auténticos luchadores
Lamento como ciudadano, ser humano y periodista la trágica desaparición del expresidente ALAN GARCÍA PÉREZ.
Probablemente soy el único periodista que lo entrevistó 83 veces en plena actividad política, en la clandestinidad, en el Poder, en su domicilio, en sets de televisión y radio, en el exilio, para tratar temas políticos nacionales e internacionales.
Nuestro frecuente diálogo no nos hizo amigos porque en mi opinión, el periodista no debe cultivar amistad con quién en su momento tendrá que cuestionar.
En próximos artículos revelaré hechos inéditos sobre las reales preocupaciones e intereses del expresidente, por ahora reflexionaré sobre la fatal decisión, equivocada por cierto, de poner abrupto final a una vida polÍtica.
García no soportó, al parecer, la presión mediática de ponerlo entre los personajes más corruptos en la historia política del Perú, de sindicarlo como cabecilla de una organización criminal.